notas sobre una asamblea Apunam (R1)

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13 de mayo de 2025. Continúa la asamblea nodocente para tratar los proyectos de reglamentos tras cuarto intermedio.

No se avanzó mucho. De hecho, podría parecer que se retrocedió: en el último encuentro se había discutido el artículo 5, esta mañana los asambleístas trajeron observaciones sobre el artículo anterior. Sin embargo, todas las intervenciones enriquecieron la discusión y delinearon el estado de situación gremial y laboral del claustro, balance que nunca tuvimos que haber dejado de hacer y que siempre falta en la memoria anual de Apunan.

Se retomaron varias cuestiones problemáticas expresadas anteriormente (que no dependen del claustro, pero lo involucran): la falta de estructuras, las desigualdades entre los equipos nodocentes, las inequidades en la distribución de recursos y la discrecionalidad unilateral de las autoridades universitarias (en parte relacionada con la resolución 045-2012, ver en sección Recursos).

El artículo 4 fue cuestionado, principalmente por la inclusión de los delegados en las propuestas de promoción y por el tipo de llamado a concurso para el caso.art. 4 - descargá documento en tratamiento

El asunto de los llamados internos giró sobre si deben ser abiertos a toda la comunidad UNaM o cerrados al área donde se produce la baja. Esto ya se revisó en varias ocasiones frente al manoseo de las autoridades y la extracción de recursos de los equipos de trabajo. La revisión sin resolución, lógicamente, mantiene en pie dudas, disconformidades y discusiones.

Sobre los llamados abiertos y cerrados considerando la menor unidad organizativa (área interna) la disyuntiva es más compleja. Hago una interpretación muy personal: las unidades académicas o espacios que cuentan con mayores recursos y pueden conservarlos proponen no abrir los llamados (excepto cuando no logre cubrirse el cargo). Priorizar los equipos de trabajo o al personal dentro del nicho es una forma de seguir resguardando lo propio en un escenario de carroñeo y sin planificación de recursos humanos que acaban desbaratando todo. Sin embargo, para los espacios nodocentes saqueados por la tradición patronal y sus cómplices, aquellos que ni siquiera cuentan con personal suficiente para las tareas y ya se dan institucionalmente por abandonados, realizar llamados abiertos sería una posibilidad de avanzar en la carrera y migrar de sus lugares precarizados hacia otros más prometedores. Este caso es significativo para equipos periféricos que se desempeñan fuera de los edificios centrales o para algunos espacios del rectorado, que es más bien tierra de nadie.

Incluir a los delegados como agentes intervinientes en los concursos es inusual porque no tiene nada que ver con sus funciones, pero no son pocos los compañeros que observan que el proyecto de reglamentos deposita decisiones determinantes en las manos de los funcionarios en gobierno, dejando al claustro sin ninguna forma de control y caución. Es decir, nos deja tal cual estamos; motivo por el que necesitamos garantías institucionales y laborales como la implementación del reglamento de concurso.

Es entendible que se procure perpetuar la única forma de abordaje de la vida laboral, promociones y beneficios: haciendo lobby, cabildeando, moviendo la cola alrededor de quienes tienen la birome y la caja del erario universitario. Aunque sea por razones difíciles de comprender, confían en el cuerpo de delegados como garantes del procedimiento y su inclusión en el reglamento se sostuvo. Toda una innovación laboral. Es verdad que el rol asignado al veedor gremial en el reglamento es muy liviano, casi ornamental, y preocupa, ya veremos qué se discute llegado el momento.

Finalmente, se propuso revisar este artículo más adelante y discutir si el papel de los delegados será vinculante o no. De hecho, el presidente de la asamblea subrayó que las aprobaciones parciales de cada artículo se revisarán cuando finalice el proceso (amén de los cuartos intermedios, es un proceso continuo que solo es determinante y resolutivo en la votación final). Con este espíritu, se comprometió a socializar un resumen de jornada y el documento modificado mediante los delegados para conocimiento de todos.

Una larga lista de oradores resultó en una muy interesante caracterización del estado gremial en el que estamos, intencionalmente o no, sin importar si existen misteriosas fuerzas que condicionen las posturas. Lo cierto es que nos falta habilidad asamblearia, conocimiento de documentos básicos (estatutos, resoluciones, actas acuerdos, convenios, etcétera) y el compromiso de la mayoría del claustro. Todas las prácticas políticas y gremiales que abandonamos en favor del lobby y la creencia en la obsecuencia digna como boleto con premio patronal.Colaboración espontánea - expresiones oradores

Esta debilidad tan incómoda de reconocer es el origen de todos los problemas del claustro; felizmente, se puso en evidencia y cuestión. El caso testimonial fue que muchos asambleístas recién comenzaban la revisión del reglamento, evidenciado en planteos o aportes que debieron haber llegado antes a la comisión ad hoc. Al igual que las discusiones que debieron suceder con anticipación, durante las dos instancias de recepción de sugerencias, proceso que comenzó en septiembre de 2023: canalizar mediante el cuerpo de delegados las indicaciones y metodología de trabajo a todos los nodocentes. Claramente, esto no funcionó, en parte, por la inacción de los delegados a los que hoy se les confía reglamentariamente las propuestas de promoción.

Falencias hubo en todos los planos: cuando en los plenarios, un grupo de delegados solicitamos información sobre el trabajo de la comisión ad hoc (agosto de 2024, ver versión limpia), solo recibimos respuesta por parte de la compañera veedora elegida por el cuerpo de delegados. La intención, entonces, era apoyar a nuestros representantes frente a los atropellos y asegurarnos de que las sugerencias de los afiliados fueron consideradas. El terreno no era tranquilizador: varios roces habían abonado la renuncia del secretario gremial y otros; nuestra parte de la comisión no recurrió a la asesoría jurídica gremial, sino que confió en la de la patronal, que además formó parte de la comisión, aunque no haya puesto su firma en la presentación del proyecto (nunca sabremos por qué). Al plasmar las inquietudes en una nota, lo único que se obtuvo fue la renuncia de la delegada a la comisión por aquellos mismos “roces” que se llevaron puesta a la mitad de los secretarios Apunam. De haber respondido a la solicitud, se hubiera verificado el trabajo en proceso y la participación de los afiliados en el diseño, ganando tiempo y esfuerzo, evitando el desgaste y la desconfianza. Pero la comisión no registró las instancias de trabajo o decidió no compartir el proceso.

Quizás la inquietud frente a estas y otras tantas desprolijidades, distracciones y despreocupaciones hicieron de la asamblea un muy buen momento reflexivo, dejando de lado el objetivo: tratar el proyecto.

Lo preocupante fueron las declaraciones de varios asambleístas: el equipo de gestión comandado por Alicia Bohren y Sergio Katogui extorsiona al claustro reteniendo recursos nodocentes a cambio de apurar la aprobación del proyecto de reglamento, perjudicando a las categorías iniciales y contratados con relación de dependencia, mientras libera los puntos para las promociones, subrogancias y creación de áreas a cargo de nuevas categorías superiores. Ya no es sorpresa, todos conocemos la baja calidad del funcionariado (sin pasar por las urnas ni criterio de selección) y cómo abulonaron en puestos clave a sus genios del lobby.

Una propuesta que prosperó fue separar el reglamento de concurso para promoción del reglamento para ingresos, pues hay artículos particulares de cada uno que se confunden y dificultan la claridad normativa.

Transcurrida la jornada, la asamblea decide, por un lado, impulsar la anulación de la resolución 045-2012; algo que se intentó antes, pero el Consejo Superior rechazó esta iniciativa por orden del rectorado (incluso lo hicieron los consejeros nodocentes): con la caja del lobby no se jode, es el manantial de los acuerdos y consensos.

Por otro lado, la asamblea exigirá al rectorado cesar con la actitud extorsiva y liberar los recursos secuestrados para cumplir con los compromisos que asumió con los equipos de trabajo. Simultáneamente, se exige dar lugar al desdoblamiento de paritarias (así de paso podemos saber cuáles fueron estos compromisos y bajo qué criterios se asumieron).

Sobre el cierre, se volvió a velar por la unidad del claustro, los tiempos y duración de la asamblea y la necesidad de organizarse. Aunque tediosos, estos intercambios son fundamentales en un contexto de abierto ataque a los sindicatos por parte del Gobierno nacional y los reveses que sufrimos en Apunam por parte de las autoridades (pérdida de licencias gremiales, deslegitimación, cancelación paritaria, extorsión y manoseo laboral impune, etcétera).

No hace falta profundizar sobre el ajuste del Gobierno nacional a la educación pública, el ensañamiento con las universidades y el sistema científico, de cara a una evaluación institucional y con ausencia total de políticas para la gestión de recursos humanos.

El reparto de responsabilidades durante las emergencias es un error torpe, pero no podemos dejar de preguntarnos qué hicieron estas autoridades durante tantos años de gobierno junto a su brillante equipo de funcionarios permanentes. Y qué hicimos nosotros al respecto.

Volviendo al tratamiento de los reglamentos: estamos diseñando concursos que no encuentran asidero en una institución incapaz de desarrollar instrumentos para la gestión del personal. Una universidad que tiene su política de recursos humanos como miembro fantasma.

Lo anticipé, todo parece retroceso, pero no. Se descubrieron estos asuntos espinosos que acechan en cada oficina, en los pasillos, en los espacios deportivos nodocentes, en los bailongos. Al fin se mostraron públicamente y se enfrentaron al claustro. Todas las asambleas deberían tener la mística del martes 13.

ESTA HISTORIA CONTINUARÁ…

La asamblea continúa en esta fecha