22% nodo 78% noico ● casi notas sobre una asamblea (R4)

22% NODOCENTE 78% PARANOICO

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Descargá el último documento modificado en asambleaEl 24 de junio, la asamblea para el tratamiento del proyecto de reglamentos avanzó con las modificaciones del documento. Pinchando en la imagen pueden descargar la última versión. El siguiente encuentro será el 2 de julio, mañana.

La convocatoria no tuvo el efecto de los primeros encuentros, al menos durante el rato que estuve presente: el número de participantes continúa bajando entre rumores y disconformidades que aumentan y preocupan, aunque sin encontrar, una vez más, formas de organizar el descontento y expresarse como prácticas políticas (colectivas, organizadas).

Por un lado, las sustanciales modificaciones sobre lo ya trabajado por la comisión ad hoc y la sospecha de que los proyectos volverán a ser modificados por las autoridades y aprobados por un Consejo Superior que avala cualquier cosa. Por otro, la seguridad de que este proceso asambleario para revisar reglamentos es solamente otro simulacro de calidad institucional y democracia participativa.

Ambas inquietudes tienen fundamento en nuestra tradición política e institucional: la coalición gobernante, Convergencia, Unidad y Compromiso, lleva años manipulando los recursos humanos y financieros a la bartola sin rendir cuentas ni desarrollar proyecciones estratégicas. También, queda claro que el PDI 2018-2026 es otro garabato que aparenta profesionalidad, pero hace agua por todas partes, que las planificaciones de las secretarías son escasas (ver auditorías internas) y las actas de las sesiones del consejo superior, que podrían ayudar a entender ciertas decisiones, son propiedad privada de unos pocos. ¿Cómo confiar en una gestión así?

Mientras, las autoridades universitarias continúan repartiendo asignaciones de mayores funciones para posicionar a sus lacayos, consolidando cargos, promociones y otros manejos que, precisamente, pretenden evitarse con los reglamentos. Esto refleja la irresponsabilidad y desdén de este gobierno universitario hacia las reglamentaciones y la institucionalidad.

Nada causa sorpresa ni suficiente indignación para estimular la organización colectiva del claustro. Todavía se opta por procurar migajas de las autoridades antes que defender nuestros propios recursos y condiciones laborales.

Una vez más, nos conformamos con hablar por lo bajo, quedarnos con la duda y aguantar cualquier cosa.

Solo permanece la sensación de que nos permiten entretenernos con “una asamblea como hace la gente grande”, cuando sabemos que nuestra debilidad política e institucional lleva años habilitando el manoseo del claustro. Y así seguirá, sin importar las normas.

Pero nada de avergonzarse o desanimarse por ser aletargados o por la baja participación, la patronal también mandó a los docentes a modificar su reglamento de concurso, así que no somos los únicos que estamos jugando a la universidad de calidad. Y ellos sí que participan poco o nada en lo gremial o político, salvo en las campañas electorales, generalmente, en el cuarto oscuro.

De hecho, actúan con total normalidad frente a la deserción y ya ni siquiera mencionan cuestiones políticas; solo se disponen a reproducir la indiferencia social en las aulas, garantizando la esencialidad de servicio en cada paro, tal como lo plantea el DNU de Milei.

Todavía peor: uno de sus gremios, UDUM, ya envió la propuesta de modificación del reglamento sin consultar a sus afiliados, elaborada solamente por la comisión directiva; el otro, Adunam, convocó ayer a una reunión virtual abierta y logró juntar a 20 docentes de entre miles, esperemos que el próximo lunes sean más. La siguiente reunión se impulsó por los reclamos de enviar los documentos a tratar minutos antes del encuentro, sin margen de revisión previa (acá los archivos socializados). La misma maña que nuestro gremio con el balance anual y otros documentos clave.

Al final, mucho estudio y profesionalización para que nos jodan todo con artimañas de poca monta. Por eso en la UNaM cualquier paparulo se autopercibe pillo y termina en un lugar de poder.

Es difícil saber si esta debilidad o incapacidad política es por pereza, desconocimiento o complicidad. Las recientes acciones de lucha indicadas por el CIN a través de su herramienta patronal, el Frente Intersindical de las Universidades Nacionales, son un muy buen ejemplo.

Mientras las asociaciones docentes confederadas en CTA llamaron a paro de 48 horas (11 y 12), las cegetistas (Fatun, en nuestro caso) se limitaron a una campaña de firmas físicas y digitales para apoyar el nuevo proyecto de financiamiento y así defender a la universidad de un Gobierno agresivo que nada le importa la educación pública: cuanto más nos insulta Milei, más tiernos, beboteros y desorganizados nos ponemos con “la lucha”. Las mismas federaciones que metieron un paro espontáneo e impulsaron una marcha por la turbia condena a CFK, no pudieron parar por la universidad y sus trabajadores, instrumentando un “plan de lucha” que implica agacharse para firmar. Qué conveniente.

Aun con una propuesta que apenas requiere inclinarse y mover la mano sobre un papel, la participación de la comunidad universitaria fue tan apocada y dispersa que el CIN ni siquiera incorporó a la UNaM en su registro (ver spot). De paso, ya que estamos con la firma, apoyá el proyecto de ley por el 82% móvil nodocente.

Lo expuesto no tiene que ver con firmar o no una petición ni con dejar de acompañar el simulacro de concursos que propone la coalición gobernante frente a las auditorías externas en puerta (ya lo hicimos antes); tiene que ver con entender la crisis universitaria, identificar a los cómplices y decidir qué hacer para defender los recursos y derechos conquistados. Una cosa es simular por un factor externo y otra bien distinta es encubrir a los funcionarios para que apliquen el ajuste, escondiendo el malestar interno bajo la alfombra, como acostumbramos.

En la emergencia, vale dejar en suspensión la pregunta sobre el fracaso de nuestra asociación gremial (ver balance 2024), más adelante veremos si se debe a la holgazanería o analfabetismo político, o solo la clásica pasión nodocente por ser felpudo, también los cuestionamientos acerca de los pactos clientelares y corporativos.

La situación exige organizarse independientemente. Van dos consejos.

Primero, si encuentran algún obstáculo patronal bajo la creencia de “no lo hago porque no le gusta al que me dio el trabajo, la promoción o el cargo”, recuerden que los funcionarios no sacan ni un peso de su bolsillo y, en la UNaM, cualquiera es funcionario o usurpa un lugar de podercito: la supuesta deuda que les facturan sale del erario (público) y les fue atribuida por un agente que no hizo ningún mérito en llegar a donde está y también es estafado con el mismo verso por otro badulaque. Una cadena de personajes que hacen pasar el bien público como privado para ejercer un patronazgo impropio. No hay que tener miedo, son solo mercachifles de lo ajeno.

Segundo, rechacen el relato patronal que afirma la idea de que “las reuniones y discusiones solo sirven para hacer catarsis”. Esto, combinado con otras estupideces, forma parte del “nada sirve” y nos vuelve más brutos e individualistas: conocer los malestares nos enseña a problematizar y buscar soluciones, escucharnos nos unifica, aunque a los alcahuetes les caiga mal.

Defendamos nuestro trabajo, salario y derechos porque los mercachifles y lobistas no lo harán: ellos se salvan solos. Cada vez son más los nodocentes que se dedican al Uber, venden alimentos, ropa o indumentaria, entre otros trabajos informales; algunos incluso cayeron en el coaching, son talleristas masivobro o arbolitos de divisas; entre los casos extremos, se volvieron criptoboys o tradervirgins.

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Así como nosotros nos preparamos para caretear en las auditorías externas con reglamentos de concurso viciados por las mañas de lobby e instrumentamos en lo académico el sistema de créditos, el nivel medio está lidiando con un Régimen de Valoración Docente y la persecución de trabajadores provinciales sigue su curso junto a la ley mordaza para regular la protesta, en plena sintonía con el Gobierno nacional.

El blindaje comunicacional sobre la crisis en la provincia ya se nota dentro de la universidad que apenas advierte que estamos atravesando un ahogamiento presupuestario nunca visto. Tras el acompañamiento de la rectora Alicia Bohren a los legisladores renovadores que favorecieron el veto en octubre de 2024, el vicerrector fue al senado a adular a Rojas Decut y argumentar que se necesita financiamiento para competir académicamente en la frontera, escondiendo bajo la alfombra las malas condiciones edilicias, los recortes en becas y la deserción estudiantil.

Los malabares retóricos del equipo de gestión para justificar la decadencia universitaria ya son ridículos, aunque funcionen en una comunidad infantilizada con mensajes emocionales y estímulos dicharacheros. Quizás esto responda al aporte financiero de Passalacqua y Rovira a la UNaM, una cifra insignificante casi equivalente a la pauta oficial que le entregaron a Radio Circus: 105 millones y 72 millones, respectivamente.

También se acentúa la relación entre la universidad y organismos municipales o provinciales, descentralizando acciones y descargando responsabilidades financieras, educativas y laborales en las baqueteadas estructuras públicas locales. En esa misma relación se multiplican las carreras técnicas y títulos intermedios, rápidos y sencillos. La cópula del Frente Renovador de la Concordia Social y Convergencia, Unidad y Compromiso ya dio a luz a la blendi universitaria virginia.

¿Debemos seguir manteniendo esta estructura sindical?El Gobierno nacional impulsa el Consejo de Mayo para acelerar la reforma laboral en contra de los trabajadores y Fatun celebra que Gerardo Martínez, informante sindical del batallón 601 durante la última dictadura, sea nuestro representante. Más cegetista no se consigue. La acción fuerte de la fede durante las últimas medidas de fuerza fue reunir a los secretarios para resolver no adherirse al paro de nuestros compañeros docentes. Sin dudas, su mayor impacto sindical fue convertir a los gremios de base en escuelitas rurales.

Nuestra asociación gremial parece no haber resuelto ningún conflicto o carencia de la vida laboral nodocente (ver balance gremial): dilapidamos los fondos y no hay registros precisos, renunció la mitad de la comisión electa, entregamos las licencias gremiales, no existen informes de la actividad de delegados (tampoco se los ve muy activos), no hay actas ni minutas de los plenarios, reuniones o asambleas, tampoco se conocen registros de la comisión ad hoc para el reglamento, los canales de contacto regular son unilaterales, nadie responde nada y ya casi ni articulamos discurso político más que los lánguidos reposteos de Fatun en redes sociales.

Síntesis: ajuste, persecución, debilitamiento sindical, cercenar el derecho a la protesta y la expresión, comunicación mínima, a veces engañosa o desinformativa, promoción de analfabetismo político e ignorancia en general, flexibilización, desregulación, fusión de organismos, precarización educativa y laboral. Obediencia.

Es hora de pulir la pregunta acerca de por qué seguimos manteniendo una estructura sindical ociosa o inoperante. Es responsabilidad de todos y debemos asumirla. La situación es crítica y será peor.

Aunque no soy un politólogo de la gran ciudad, no es alocado discutir la sentencia de los especialistas  “la Libertad Avanza no tiene base social”; la base social del libertarianismo es la indiferencia comunitaria, la desorganización sindical y la chapucería política. Hecho carne: un sujeto político inactivo, individualista, despolitizado, cobarde. Nosotros.